Artículos Carolina Narea Noviembre 24, 2014
LOS ROSTROS DE LA MUJER SAGRADA: LA ESPOSA
Ahora podía respirar tranquila. Ya no sentía esa angustia feroz que le oprimía el pecho, esa sensación desesperada frente al quiebre inminente, y la culpa asfixiante frente a la toma de consciencia de los años en que solo se preocupó de tener éxito en su trabajo y que así, lentamente, había dejado morir su matrimonio.
Hoy la amenaza del quiebre matrimonial había quedado atrás. Se sentía feliz, en las aguas calmas del bienestar que trae a la vida el amar y sentirse amada, en una relación estable.
La crisis matrimonial había despertado en ella el arquetipo de la esposa, energía ancestral que la contactó con su capacidad de vincularse, de comprometerse con su pareja y construir un vínculo maduro.
Toda mujer lleva dentro de sí la energía de la esposa. Aquella fuerza instintiva que impele a una mujer a formar pareja, a satisfacer su necesidad afectiva de amar y ser amada, en una relación de compañeros iguales, capaces de atravesar dificultades y así construir juntos una relación que permanezca en el tiempo.
¿Cómo es la esposa?
El arquetipo de la esposa hace referencia al aspecto afectivo de la mujer, a su necesidad de compartir y unirse a alguien, de amar y ser amada de una forma estable, de ser protegida, cuidada y a la vez cuidar y proteger. Con esta energía activa, la mujer establece aspectos muy positivos de apertura, receptividad y fidelidad. Sin embargo, con este arquetipo también surge en la mujer la fragilidad y la vulnerabilidad, pues la felicidad de la esposa está en poder de su marido, ya que éste es su fuente de identidad y el centro de su vida: si él la consiente y la considera, se siente infinitamente feliz, pero si su pareja le es infiel, no cumple con lo prometido o simplemente la descuida por su trabajo u otros intereses, la esposa se sentirá resentida y deprimida.
Esta característica de dependencia emocional frente al cónyuge surge con la cultura patriarcal. En la antigüedad existían ritos que buscaban la unión de los opuestos, de lo femenino y lo masculino. Cuando esto ocurría se llevaba a cabo el matrimonio sagrado, en el cual los consortes se transformaban en uno, ninguno estaba por sobre el otro porque cada uno era parte fundamental del balance necesario para la vida. Con la instauración del patriarcado, lo femenino quedó supeditado a lo masculino, perdiendo la calidad de iguales. De esta forma, la imagen de la esposa pasó de ser una igual con su esposo, a una figura secundaria que depende de su marido.
Como para la esposa lo más importante en su vida es su relación con su marido, si bien ella es capaz de desempeñarse bien en el mundo laboral, privilegiará aquellos trabajos que no interfieran en su relación de pareja. Para ella la sexualidad es parte del contrato matrimonial. De hecho lo considera necesario y adecuado. Puede disfrutar del sexo siempre y cuando su compañero la estimule. Si esto no es así, la esposa puede permanecer largos periodos sin relaciones sexuales, considerando que la relación puede desarrollarse plenamente sin él.
En cuanto llegan los hijos, la esposa puede sentir que la estrecha y cómplice relación que había construido con su pareja se ve deteriorada y esto puede enojarla y deprimirla. Ella se encargará de promover la lealtad y admiración de los niños por su padre, incluso si éste comete errores, ella lo justificará y defenderá por sobre los intereses y necesidades de sus propios hijos.
¿Qué aporta a nuestra vida?
Cuando una mujer está conectada positivamente con el arquetipo de la esposa, es capaz de ser muy leal y apoyadora de su pareja. Puede establecer una relación duradera tras un proceso de maduración personal y el matrimonio se puede convertir en una fuente de significado espiritual y de apoyo emocional. La esposa se convierte en una compañera de su pareja desde la igualdad: ambos se potencian positivamente.
Un buen desarrollo del arquetipo de la esposa permite a la mujer la desidealización del otro y la posibilidad de un amor más real y, al ser bidireccional, también le permite desidealizarse y conocerse a sí misma en la construcción de la relación en el tiempo.
Un arquetipo de la esposa en equilibrio, es una energía estable que le permitirá a la mujer desarrollarse en pareja pero no imposibilitará que ella siga con su carrera profesional y se desarrolle en diversos aspectos de su vida.
¿Cómo despertar la energía de la esposa?
El arquetipo de la esposa se activa cuando las constantes seducciones y relaciones efímeras ya no satisfacen ni alegran a la mujer, ella entonces buscará la compañía y compromiso de un consorte para las buenas y las malas, en la salud y la enfermedad, en definitiva, para compartir la vida, con todo lo que eso conlleva.
Una vez que la mujer despierta la energía de la esposa, debería mantenerse conectada con este arquetipo mientras mantenga su relación de pareja para así ir construyendo el vínculo en el tiempo. Así, si hay crisis o situaciones vitales que afecten la relación, la energía de la esposa despertará.
La esposa: cuándo es necesario trascenderla
Cuando se activa en una mujer el arquetipo de la esposa, ella establece un vínculo donde entrega al otro su alma con la expectativa de que éste será para toda la vida. Por ello, cuando se siente traicionada en ese vínculo, la rabia es tan potente que puede ser muy destructiva para la mujer.
Esta destructividad también está latente cuando una mujer vive el arquetipo de la esposa en estado negativo. Por ejemplo, por su lealtad ciega podrá perdonar una y otra vez los maltratos de su cónyuge, o si éste abusa o golpea a una hija, la esposa preferirá echar a la hija y quedarse con él.
El mejor estado de alerta para darnos cuenta de que debemos trascender la energía de la esposa porque se está haciendo peligroso para nosotras, es cuando nos damos cuenta de que toda nuestra vida se ha ido congelando y ha comenzado a girar completamente en torno a nuestra pareja incluso dañándonos a nosotras mismas o a nuestros hijos.
¿Cómo traspasar el lado oscuro de la esposa?
Si una mujer, en algún momento de su vida, necesita encontrar el camino para trascender al arquetipo de la esposa, podrá echar mano a dos energías ancestrales que también están dentro de ella: los arquetipos de la vieja sabia y la heroína. La vieja sabia para re-focalizar a qué le dará importancia en su vida y como darle una nuevo sentido a su vida. La heroína para tener la fuerza interna que le permita iniciar su viaje heroico hacia esa nueva vida.
Toda mujer lleva dentro de sí la energía de la esposa. Está ahí, en nosotras. No lo olvidemos, y, cada vez que la necesitemos, recorramos el camino que nos lleve a conectarnos con esta energía que nos permite vincularnos, amar y ser amadas y comprometernos en una relación que en pareja, construimos día a día.