Los Rostros de la Mujer Sagrada: LA AMANTE

Artículos Carolina Narea Junio 11, 2014

Los Rostros de la Mujer Sagrada – LA AMANTE

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Venus del espejo, Diego Velázquez

¡Hace tanto que no se sentía así! Linda, atractiva, poseedora de un magnetismo que flotaba como magia en el aire. Se sentía renovada, tanto, que le era imposible seguir con la vida que llevaba hasta entonces. Se había enamorado y la pasión que se despertó en ella fue tan fuerte que se sintió con la fuerza de comenzar de nuevo.

Así fue como decidió dejar el trabajo que tenía y lanzarse a la vida a buscar oportunidades para encontrar nuevos rumbos. Sentía que amaba la vida, el momento presente…

Era tan poderosa esa energía de renovación que le atemorizaba. Pero no había vuelta atrás. La energía de la amante ya había despertado en ella y traía consigo el poder de renovación, que le permitiría cambiar el rumbo de su vida,  dejar atrás la monotonía en la que desde hace un buen tiempo estaba metida.

Toda mujer lleva dentro de sí la energía de la amante. Aquella que nos permite conectarnos con nuestra pasión y creatividad, con nuestra fuerza para el cambio.

Te invito a conocerla para que así, cuando la necesites, puedas conectarte con aquella energía que te moviliza el corazón, energía creativa, que te permita incubar y parir tu propia. renovación.

¿Cómo es la Amante?

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Venus, Henri Pierre Picou

A través de un relato de la mitología griega, la de la diosa Afrodita, podemos conocer las principales características del arquetipo de la amante. Afrodita, diosa griega del amor y la belleza,  reinó sobre la pasión y el amor vivido en libertad: ella es dueña de su propia vida. Para ella el amor reside en el corazón de cada uno y no tiene nada que ver ni con la permanencia ni con la estabilidad de la relación. Todos los dioses le temían, ya que si ella los flechaba, les podía “dar vuelta la vida”. ¿Por qué? Porque Afrodita despertaba la pasión, les sumergía en una intensidad emocional que se apoderaba de ellos, haciendo que fueran más allá de sus propios límites.

Junto con la pasión, Afrodita nos conecta con nuestra creatividad y energía vital, constituyéndose en una tremenda fuerza para el cambio. Tal como en la primera etapa de la relación de pareja, cuando uno siente que tiene una multiplicidad de posibilidades de ser uno mismo, uno siente que se le abre el mundo y renace. Esa es la energía que genera el arquetipo de la amante.

Amante del amor y la pasión, este arquetipo vuelca estos sentimientos hacia otro, no solo en la relación entre un hombre y una mujer, también hacia un hijo, hija, o incluso en cualquier proceso creativo que surja de una implicación intensa y apasionada: el artista interactúa con “lo otro” para crear algo nuevo.

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Cupido desatando el cinto de Venus, Joshua Reynolds

La mujer que despierta en ella la energía de la amante, posee un magnetismo personal, implica que alguien se enamora bajo la “luz dorada” de Afrodita y se siente arrastrado hacia la belleza, no sólo física sino espiritual. En este arquetipo,  la sexualidad es una parte fundamental de la vida, lo que no solo implica conocer artes amatorias, sino también todos los placeres sensuales, ya que la seducción engloba todos los sentidos.

El arquetipo de la amante va a buscar trabajos novedosos, innovadores e intensos, descartando cualquier trabajo que le parezca  rutinario y monótono. Le gusta estar en compañía de mujeres que gocen con todas las expresiones creativas, así como con otras que sean tan sensuales, espontáneas y apasionadas como ella o con otras que disfruten de su personalidad magnética y encantadora.

El arquetipo de la amante ama el estado de enamoramiento, por ello lo buscará  en cada relación que establezca. La amante necesita entrar en relaciones apasionadas, intensas y creativas, por ello sus relaciones suelen estar colmadas de conflictos y pasiones desenfrenadas.

La familia para este arquetipo puede resultar un estorbo para su libertad y sus ansias de vivir la mayor cantidad de experiencias nuevas, sintiendo las rutinas del hogar como algo monótono que la agobia y aburre.

Al igual que Afrodita, la energía del arquetipo de la amante inspira amor por la vida y el momento presente.  Como la musa del artista, trae pasión y creatividad a la vida de las mujeres. Pasión que nos conecta con aquello que nos hace vibrar, que nos moviliza, que nos hace sentir vivas. Nos abre la posibilidad de volver a vivir, de conectarnos con la multiplicidad de posibilidades que la vida nos da, de experimentar cosas que no nos habíamos permitido.¿Qué aporta a nuestra vida la energía de la Amante?

El arquetipo de la amante es puro corazón, es lo que nos hace vibrar. Si no logramos conectarnos con esta energía  -con ese goce de vivir- quiere decir que todos los otros aspectos de nuestra vida están opacos, que algo anda mal, aunque todo puede parecer estar bien. En cambio, si estamos conectadas con nuestra energía de la amante podremos identificar cuando un aspecto de nuestra vida no es nutritivo para nosotras, cuando está plano, y gris y nos permitirá movilizarnos hacia lugares más enriquecedores para nuestro desarrollo.

¿Cómo despertar la energía de la Amante?

Como el arquetipo de la amante nos conecta con el vínculo con otro, desde el punto de vista del ciclo vital, ésta energía se despierta en la adolescencia, cuando despierta el erotismo con el que descubrimos el placer que se siente por el vínculo con el otro. Sin embargo, toda mujer, a cualquier edad, puede conectarse con el arquetipo de la amante, el cual despierta cuando nos conectamos con aquello que nos apasiona y moviliza nuestra energía vital.

¿Cuándo he sentido pasión en mi vida? ¿Qué es lo que me mueve? Mirar hacia atrás y reconectarnos con el estado de pasión y de creatividad que en algún momento todas las mujeres hemos sentido es un buen ejercicio para conectarnos con la fuerza y energía movilizadora de la amante.

El nacimiento de Venus, Sandro Botticelli

La Amante: ¿Cuándo es necesario trascenderla?

No es fácil tener la energía de la amante como un arquetipo compulsivo. Las mujeres tenemos que saber cómo no ser empujadas por este arquetipo  a situaciones destructivas.  Si nos quedamos encantadas y nos enamoramos del enamoramiento, nos podemos convertir en personas muy inconsistentes e inestables, como si fuésemos una estrella fugaz con la cual no se puede construir nada sólido con un otro, ya que pasándose la primera sensación de pasión desechamos aquel vínculo y buscamos otro….

El mejor estado de alerta para darnos cuenta de que debemos trascender la energía de la amante porque se está haciendo peligroso para nosotras, es cuando empezamos a destruir los vínculos en vez de construirlos y en el camino va quedando sangre, porque lo que se destruye son las relaciones con otro.

Mientras más nos conozcamos como mujeres es más difícil que la energía de este arquetipo nos pille desprevenidas y que, sin darnos cuenta, nos fascinemos con la sensación de apasionamiento y nos arrastremos a situaciones destructivas para nosotras mismas.

Toda mujer lleva dentro de sí la energía de la amante. Está ahí, en nosotras. No lo olvidemos, y, cada vez que la necesitemos, recorramos el camino que nos lleve a conectarnos con aquella energía que nos hace amar la vida, nos moviliza el corazón y nos permite parir nuestra propia renovación.